martes, 1 de diciembre de 2015

Historia del ganchillo o crochet

Hoy voy a hablar del origen del ganchillo, ya que este blog se creó en principio para mostraros los trabajos de ganchillo que la abuela Mary y yo hemos realizado a lo largo de los años y que aún con casi 95 años sigue haciéndolo, me refiero a la protagonista de este blog, la abuela Mary.

En este blog he mostrado varias técnicas realizadas con crochet como son los  amigurumis, paños o tapetes, trapillo etc… e infinidad de objetos que se pueden realizar con esta técnica: agarradores para la cocina, joyeros, fundas de abanicos, vestidos de muñeca, alfileteros, calabazas de Halloween, bolsos, flores, sombreros, alfombras y un largo etcétera.

A mí particularmente cada día me gusta más y yo creo que según mi madre va menguando en cuanto a su habilidad y memoria, yo voy creciendo en sabiduría y técnica.

El término “crochet” se deriva de la palabra francesa “crochet” que significa gancho. El crochet o ganchillo es un arte que utiliza como materiales básicos hilos, cuerdas y otros elementos, y que con una aguja cuyo extremo tiene forma de anzuelo, consigue la creación de hermosos tejidos y encajes.
"El crochet según lo llaman los franceses o ganchillo cómo lo llamamos en nuestro país es, quizá, la forma más simple de tejido, consiste en trabajar sobre un solo punto que hay que soltar para hacer el siguiente. A diferencia de las dos agujas en las que se mantienen todos los puntos en una aguja y se van pasando uno a uno a la otra aguja.

La mezcla de los dos, podría ser el ganchillo tunecino, ya que se trabaja como el punto y con un utensilio como el ganchillo pero bastante más largo. Es decir, una aguja de punto pero terminada en gancho.


Es difícil seguir la historia de esta forma de tejido, no solamente porque el producto es perecedero, sino también porque, antiguamente, el límite entre una artesanía y otra no podía definirse con claridad. En algunas partes del mundo, por ejemplo, se utilizaban agujas que tenían ganchos en la punta muy similares a los actuales. El sentido común nos sugiere que el hombre debe haber descubierto las simples ventajas del gancho como instrumento para manejar una hebra, mucho antes de crear los complejos procesos y herramientas que se utilizan para hacer los hilados y tejidos.

La más antigua evidencia del ganchillo data sólo de la Edad Media.

En el siglo XIX, el tejido de crochet se convirtió en un sustituto del encaje. Los lazos y telas por aquel entonces eran muy caros, y la gente tejía con el fin de obtener telas más baratas. El crochet no necesita mucho equipo ni muchos instrumentos, sólo la aguja y el hilo. Además es fácil aprender crochet lo pueden realizar todo tipo de personas. No es extraño pues, que la gente empezara a tejer fibras naturales utilizando los ganchillos, que entonces se fabricaban de diversos materiales como el bronce, el marfil y la madera.
Las pruebas de que disponemos actualmente sugieren que los pastores y marinos de la Europa medieval hacían toscas vestimentas con lana procesada a mano, utilizando ganchos de hueso, de fabricación casera. Este método recuerda tal vez el empleado en el crochet tunecino (afgano). Este tipo de crochet, que se realiza con un gancho largo, se parece un poco al tejido de aguja y, de hecho, evolucionó probablemente de las técnicas de tejido que se desarrollaron en el Medio Oriente, antes de Cristo.

Asimismo, existe cierta evidencia de que en la América prehispánica se practicaba ya un tipo de crochet, principalmente al sur del continente. No obstante, la artesanía que hoy conocemos como crochet es producto, esencialmente, de una tradición europea, cuya trayectoria puede trazarse desde antes del Renacimiento y que parece haber sido meramente decorativa y no práctica, cuando menos hasta épocas recientes.

Generalmente, eran las religiosas quienes lo realizaban y por eso se le conocía como "encaje de monja" o " labor de monja". Las religiosas lo enseñaban a las hijas de la aristocracia y, con el tiempo llegó a convertirse en el pasatiempo favorito de las damas, primero en Italia y posteriormente en España y Francia.


Cuando a finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa obligó a las familias nobles a refugiarse en el exilio, éstas introdujeron el crochet en las tierras donde se establecieron, es decir, en Irlanda, Inglaterra y los países del Norte de Europa.

Gorro turco de oración
Fue precisamente en Irlanda donde, a mediados del siglo XIX, el crochet se convirtió en industria. Se dice que proyecto fue iniciado por la madre superiora del convento de la Presentación en Youghal, Country Cork, quien copió en crochet una pieza de encaje convencional y alentó a sus monjas para que salieran a enseñar a la gente a hacer el trabajo en sus propias casas. Con el tiempo, el crochet Irlandés se exportó a otros países, principalmente a Inglaterra, en donde se utilizó para adornar los atuendos para las damas. Debido a que este tipo de encaje podía hacerse más rápidamente que otros, y en consecuencia, era más económico, recibió el calificativo de "encaje de pobre".

Las muestras encontradas en distintos países de ganchillo son de diversos puntos, por eso sabemos que estuvo muy difundido en sus comienzos. Entre ellas, Turquía, Europa, América, China y África.

  • Los turcos elaboraban sus famosos gorros.
  • Los jefes africanos iban adornados con indumentarias hechas a ganchillo. Bob Marley utilizaba un gorro de ganchillo típico de Jamaica.
  • En Escocia le llamaron "Punto de Pastor", porque sobre todo lo usaron para hacer las grandes capas de los pastores y sus gorros muy tupidos para que no pasaran frío en la montaña al sacar su rebaño.
  • Los chinos usaron el ganchillo e hilaturas más gruesas para elaborar esculturas de muñecos tridimensionales. De ahí puede ser que vengan el origen de sus ahora tan en auge "amigurumis".
  • Últimamente se ha puesto de moda "el trapillo", "totora" o "ganchillo XL" que no es otra cosa que la técnica del crochet pero utilizando restos de tela de algodón o restos de camisetas para elaborar bolsos, alfombras, cinturones, etc....

Espero que os haya gustado esta entrada

¡Hasta pronto!

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